viernes, 25 de febrero de 2011

25022011

En un combate, aquellos que participan descubren que los ideales que los han hecho luchar no siempre son...suficientes para mantenerte con vida.
Y entonces, solo entonces, descubren si son capaces de quitar la vida a otros para seguir viviendo. Y si no son capaces, entonces descubren que están muertos.
Claro que no lo descubren por mucho tiempo...
No nací para luchar batallas épicas, ni para estar en un pedestal. No nací para ser un héroe, ni para creer en el amor verdadero. Pero se que llegué al mundo por alguna razón.
Porque todo lo que no soy, es lo que soy en realidad.
Y ahora me doy cuenta.

domingo, 20 de febrero de 2011

20022011


Hay quien dice que el amor va de grandes cosas. De princesas rescatando a príncipes de las garras de un dragón (¿o era al revés?), de amantes secretos recurriendo a las sombras, de enamorados que vencen el tiempo y la distancia. De cosas trascendentes.
Pero hay otros que creen que el amor va de cosas pequeñas. De esa sonrisa, ese gesto inesperado o esa conversación absurda que de pronto lo cambia todo y te hace verle de otra manera. De actos sin importancia.
También están los que piensan que un beso dice más que mil palabras, que puede cambiarte la vida.
Y los que hubieran pensado que todo eso no era más que una sarta de tonterías.
Hasta que un beso les cambió la vida.
Y es entonces, justo entonces, cuando las cosas intrascendentes se vuelven trascendentes.

martes, 15 de febrero de 2011

15022011

¿Sabeis?, hice una lista de 25 que quiero hacer antes de morir.
1. Hacer algo que realmente me asuste.
2. Gastarme un dineral en algo de diseño.
3. Ver el amanecer desde el Gran Cañón.
4. Hacerme un corte de pelo drástico.
5. Ir a Rio durante el carnaval.
6. Aprenderme "nine to five" y cantarla a grito pelado durante un viaje con amigos.
7. Manejar una gondola.
8. Besar a alguien inapropiado.
9. Consiguir un mapa, señalar un lugar con los ojos cerrados y visitarlo.
10. Abrir la ventanilla en un tunel de lavado.
11. Pasarme una noche entera con amigas viendo viejos clásicos.
12. Bañarme de noche desnudo en la playa.
13. Visitar Egipto.
14. Recorrer la ruta 66.
15. Picnic rómantico bajo las estrellas.
16. Aprender palabras en chino.
17. Ser el jefe.
18. Leerme todos los libros de Roald Dahls.
19. Hacerme un tatoo.
20. Colarme en una fiesta privada.
21. Acampar en Glastonbury.
22. Coger un bus y explorar.
23. Aprender a hacer surf.
24. Apostar en Las Vegas.
25. Enamorarme.

15022011

Las cosas insignificantes, una pequeña sonrisa, un gesto inocente, una mirada a escondidas...
Al final acaban siendo parte de nuestra vida, no?

sábado, 12 de febrero de 2011

12022011

Verano 2002

¿Por que sabéis qué? Cuando menos te lo esperas puede pasarte algo fantástico, mejor de lo que habías planeado nunca, y no debes dejarlo escapar.
Como Martina.

(Fragmento de París, por mí)

miércoles, 9 de febrero de 2011

09022011

Orgullosa.
Puede que esa sea mi palabra. La que me define al cien por cien. Auqnue hay muchas otras también; rencorosa, inocente y muchas veces estúpida. No son las palabras que uno desea oír en su propia descripción, pero es así.
También tengo aspectos buenos, pero esos no me gusta tener que pensarlos yo, porque siempre los realzaría.
Orgullosa hasta decir basta, así soy yo. Tengo que tener siempre la razón y la última palabra, eso me puede. Y rencorosa, de las que pueden pasar los momentos más divertidos contigo, pero se acuerdan de todo, y luego te lo recuerdan más adelante. Puede que eso sea bueno, no sé, para mí lo es.
Lo que si puedo decir es que las cosas las digo a la cara, que puedo llevarme a muerte con alguien, pero nunca le desearía mal, e incluso puedo pasarlo mal por alguien que sé que no lo haría por mi.
Confio demasiado en la gente. Y cuando digo demasiado, realmente es demasiado. Y aunque tiendo a exagerar un poco todo, como todos, en esto estoy segura de que no. He recibido más palos en la vida respecto a ese tema, que estoy servida gracias.
Pero bueno, dicen que el ser humano es el único ser vivo que tropieza dos veces con la misma piedra no? Pues puede que ahí esté yo para dejar claro que la tercera y cuarta vez que tropiezas, puedes volver a levantarte.

martes, 8 de febrero de 2011

08022011

Supongamos que hablamos de esa chica. Esa chica, si, la que siempre tiene el pelo en la cara. Esa chica de diecisiete años que lucha por acabar el bachillerato. Esa que sueña con irse de casa para disfrutar de la vida. Esa que da una impresión muy distinta a todo el mundo la primera vez que la conoce. Esa que luego te sorprende cada día. Esa a la que le gustan los helados en invierno, congelar Pettit Suisse en verano, colgarse las cerezas en primavera de las orejas y rebozarse en montañas de hojas en otoño. Esa que lleva siempre las bufandas más largas enrroscadas de las maneras más caóticas y su pelo revuelto como si no se lo peinara.
Esa que sonrie a todas horas y se empeña en tapar sus pecas con maquillaje. Si, esa.
Sí. C'est moi.